Monte de Santa Tecla

El Monte de Santa Tecla se encuentra en el municipio de La guardia y es el límite entre Pontevedra y Portugal. Conduciendo desde Vigo nos tomó aproximadamente 1 hora en llegar y para poder ingresar al sitio debes de pagar un ticket por vehículo de 3€. Es un lugar muy conocido en Galicia porque se puede observar el estuario, desembocadura del Río Miño, Portugal, el valle del Rosal y el Océano Atlántico.

Te contamos un poco de la historia del castro de Santa Trega y nuestra experiencia en la visita. ¡A por la Galicia celta!

Ven a explorar Monte de Santa Tecla La Guardia

Un poco de historia...

A media ladera del monte de Santa Trega, a 341 metros de altitud, se localiza los restos de lo que fue una gran ciudad del Noroeste peninsular: la citania -ciudad fortificada prerromana- de Sta Trega. Este sitio ofrece a sus habitantes una amplia visibilidad del entorno, esto se debe al control de tráfico marítimo y fluvial así como de las abundantes explotaciones mineras documentadas en los cercanos montes de la sierra de A Groba (a 20 min del lugar).

Primeros hallazgos…

La apertura de la carretera de acceso a la cima del monte, en 1913, pone al descubierto numerosas estructuras antiguas con ocupación allá por el Siglo IV a.C.

Aquí vivieron entre 3.000 y 5.000 personas, es un recinto amurallado de piedra de mampostería. La extensión es de aproximadamente 20 hectáreas. Las construcciones, de planta circular, oval o rectangular con esquinas redondeadas se destinaban a viviendas, almacenes, talleres o graneros. Las viviendas se identifican del resto ya que tenían un vestíbulo en el que se situaba el horno. Para la cubierta de estas viviendas se utilizaban materiales vegetales y en ocasiones teja romana.

El aspecto que se observa hoy en día (debido a la degradación de los materiales) es muy distinto al de la época en donde las edificaciones se pintaban de colores como rojo, azul o blanco. Las jambas y dinteles (marcos y laterales de las puertas) estaban decoradas con gravados geométricos y bloques cilíndricos (esvásticas).

Su aparente desorden…

Las construcciones se organizan en grupos integrados por varias viviendas y almacenes que comparten un pequeño patio común, frecuentemente enlosado. Se agrupaban en pequeños barrios separados por estrechas calles perfectamente identificadas. Además contaban con una compleja red de canales de evacuación de aguas pluviales y aljibes distribuidos por el castro.

Sustento de los habitantes del lugar…

Como ocurre en todos los castros, el modo de subsistencia sería bastante autónomo. Habría una agricultura variada (trigo, cebada, avena, mijo o habas) y ganadería (vaca, oveja, cabra o cerdo). La caza, pesca y marisquería serían actividades complementarias pero igualmente importantes. La elaboración de cerámicas, tejidos e instrumentos metálicos o el comercio, son algunas otras actividades que ocupaban a los habitantes del lugar.

Influencia Romana:

El noroeste peninsular formaba parte de la ruta de comercio púnico que desde Cádiz navegaba por la costa Atlántica en busca de estaño, esclavos o pieles. La presencia de abundante y variada cerámica confirma la importancia del comercio en Santa Trega. El poblado pierde relevancia cuando toma importancia el comercio terrestre y con las reformas Romanas que promovieron la ocupación de zonas más bajas.

Ermita:

En la cima del monte se encuentra la ermita, dedicada a Santa Trega, documentada en el S.XII pero reformada en S. XVI y XVII. Muestra de la gran tradición religiosa, así como numerosas cruces que se encuentran por el camino.

Nuestra experiencia

TIP: No te recomendamos ir un día con lluvia y viento, a no ser que quieras convertirte en un . Por otro lado, es mejor acudir con calzado cómodo y con un margen de 2 o 3 horas para conocer el lugar ya que es una gran extensión.